El tratamiento de las arrugas con láser se realiza activando la piel o alisándola para que las arrugas se atenúen. Las arrugas que mejor responden al tratamiento láser son las más finas. El efecto del tratamiento láser sobre las arrugas finas depende de la mejoría conseguida en la textura de la piel. Las arrugas de los labios, más profundas, son otra buena indicación para el tratamiento láser. Las arrugas de los labios en las cuales el lápiz labial no se fija, requieren más sesiones de tratamiento láser. El alisamiento es más fácil con cada tratamiento láser si las arrugas son menos prominentes.

El láser no actúa en las llamadas arrugas dinámicas del tercio superior de la cara, pues estas responden mejor a la aplicación de la toxina botulínica. Tampoco el láser logra el templado inmediato de la piel que solo se consigue con la cirugía. Sin embargo, no es entendible como se puede aplicar toxina Botulínica y realizar rellenos e intervenciones quirúrgicas sobre piel enferma.  

Las arrugas son una manifestación de enfermedad cuando se presentan en forma temprana. Tenerlas a los 40 años es un signo de una pronta invasión. Ignorarlas no es posible a tan corta edad. Contenerlas es la solución y es allí en donde el láser muestra su mayor beneficio.  

Puede ser aceptable el criterio de inmediatez dado por la intervención quirúrgica  que bien funciona si tan solo se es capaz de tolerar grados variables de secuelas y que requiere un tiempo en que los cambios se ven venir antes de realmente ser necesitada. Ese es el tiempo del láser. Otras alternativas como la aplicación exagerada de rellenos solo terminan "embombando" la cara con la consecuente perdida de la silueta natural.  

Cuando se examina la piel con microscopio se aprecian muchas de las lesiones que posteriormente serán visibles. El láser es el instrumento para poder tratar las más pequeñas lesiones antes de que sean visibles. Por esto la salud es el mejor objetivo para rejuvenecer.

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