La nariz, por su localización, es determinante en la definición de las características faciales, generando sentimientos negativos o positivos de acuerdo a su aspecto, definitivos en la esfera afectiva, de autoestima, de motivación y seguridad en las relaciones interpersonales, haciendo pasar a segundo plano otros elementos hermosos de la estructura facial, cuando la forma nasal no es favorable desde el punto de vista estético. “Que ojos tan bonitos, pero la nariz….”, “Como se vería con una nariz bonita?”

La edad para una intervención funcional o reconstructiva de la nariz, esta dada por lo imperioso de restablecer la función o minimizar la alteración o malformación y está únicamente determinada por la balanza riesgo- beneficio, donde este último debe ser ampliamente superior a los riesgos inherentes al procedimiento anestésico-quirúrgico y se realizan en edades tempranas, principalmente, para prevenir alteraciones de crecimiento y desarrollo de las estructuras faciales por la mala función nasal. 

Las cirugías estéticas de la nariz, se realizan en la actualidad, desde cuando la tasa de crecimiento del individuo está disminuida, es decir en la mujer alrededor de los quince años y uno o dos años mas para los varones, siendo ésta, una época de importante interrelación personal que exige un aspecto físico favorable.

La gran mayoría de los  especialistas en  Otorrinolaringología en Colombia,  tienen  actualmente

todo complementarias en la cirugía estética facial y maxilofacial, con excelentes cirujanos en ambas especialidades, máxime cuando el otorrinolaringólogo realiza formación post-graduada en estas áreas.

Aunque algunos rasgos familiares aparecen sucesivamente en la estructura nasal y facial ligados a la herencia, muchas deformidades nasales, principalmente gibas, se manifiestan durante la fase de crecimiento rápido en la adolescencia, siendo secundarias a factores casi siempre de origen traumático en la pequeña infancia, por lesión de núcleos de crecimiento o por ausencia de una buena función nasal en el infante que genera alteraciones de crecimiento y desarrollo facial, comprometiendo el segmento maxilar superior, afectando la oclusión dental y la armonía del perfil. 

Las alteraciones faciales y nasales estéticamente negativas afectan por igual a mujeres y varones, jóvenes y adultos, pero por cuestiones culturales es más difícil que los varones manifiesten sus deseos de solucionar estos problemas negativos en su apariencia facial, aunque esto ha cambiado paulatinamente. 

Actualmente existen técnicas quirúrgicas para evitar el taponamiento nasal incluso en cirugías funcionales o disminuirlo máximo a 72 horas con elementos, cuyo diseño minimiza las molestias de las famosas “mechas” que se usaban en el pasado. En cirugías estéticas nasales es excepcional que el cirujano deba dejar taponamiento nasal, caso en el cual será únicamente el primer día post-operatorio. 

En la cirugía de nariz, principalmente cuando se realizan osteotomías o cortes óseos, se crea inicialmente un gran edema y equimosis, es decir inflamación y morados faciales e incluso pequeñas hemorragias subconjuntivales que se resuelven espontáneamente en muy pocos días la mayoría de las veces, existe una franca ausencia de dolor, por la inmovilización nasal. Si se presenta síndrome doloroso este constituye un signo de alarma ante la presencia de alguna complicación y será necesaria una valoración inmediata. Así mismo se deberá diferenciar un verdadero dolor de la aprehensión y molestia que genera el taponamiento, si este se ha aplicado.  

El cuidado post-operatorio de la Rinoplastia, es especialmente exigente y será definitivo para prevenir complicaciones; están contraindicados, piscina, buceo, y deportes en general; es preferible que disfrute inicialmente de manera parcial su periodo de vacaciones y posteriormente realice su cirugía con todos los cuidados necesarios. 

Las actuales modernas técnicas de rinoplastia, hacen posible en un solo tiempo quirúrgico resultados estéticos muy buenos, aunque en cualquier cirugía de nariz existe la posibilidad de retoques para pequeños detalles, generalmente después de los seis meses de postoperatorio cuando se estabiliza el resultado definitivo. En la cirugía reconstructiva por secuelas de trauma o de procedimientos quirúrgicos previos, si pueden ser necesarias varias intervenciones, pues el resultado depende del comportamiento de los injertos que se usen en el proceso y de la cicatrización a mediano y largo plazo.