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ARTÍCULOS RECOMENDADOS DE DERMATOLOGÍA

 
 
 
 
 
EL ACNÉ
 

CLAUDIA LILIANA MORALES RUIZ, M.D.

DERMATÓLOGA

 
 

 

El acné es un trastorno común de la piel que resulta en la formación de “granos, barros y espinillas”. En los casos más severos, se pueden formar forúnculos y abscesos deformantes, formando trayectos subdérmicos que pueden resultar en cicatrices deformantes. Es más frecuente en jóvenes, pero se puede presentar a cualquier edad. Comienza usualmente en la pubertad y puede prolongarse por muchos años. Tres de cada cuatro adolescentes pueden presentar algún grado de acné, provocado probablemente por  cambios hormonales que estimulan las glándulas sebáceas de la piel.

Hay cuatro factores que caracterizan al acné:

Producción excesiva de sebo
Descamación anormal de las células epiteliales foliculares (tapón córneo).
Proliferación del Propionibacterium acnes (P. Acnes)
Inflamación generada por sustancias pro inflamatorias producidas por el P. Acnes

La secreción sebácea o grasa de la piel producida por las glándulas sebáceas en los folículos, sirve para lubricar la piel. Si el conducto de esta glándula que llega hasta la piel está tapado, el resultado puede ser granos o acné. Algunos cosméticos estimulan el acné, especialmente si son grasos. Medicamentos para prevenir la epilepsia, las píldoras anticonceptivas y esteroides también aumentan el acné.

Si bien no se sabe la causa, se cree que el acné se debe al incremento de hormonas masculinas (andrógenos) que estimulan las glándulas sebáceas y a la presencia de bacterias en la piel.

Existen una variedad de lesiones producidas por el acné, y son:
Máculas superficiales
Canales dérmicos
Lesiones en sacabocados
Tractos fistulosos múltiples
Atrofia subcutánea

El acné no se produce por suciedad, masturbación u otras actividades, pero la suciedad y la grasa en la cara pueden agravar la condición. Otros factores que incrementan las posibilidades del acné son los cambios hormonales, la exposición a condiciones climáticas extremas, estrés, piel grasa, trastornos endocrinos, algunos tumores y el uso de ciertos medicamentos (tales como cortisona, testosterona, estrógenos y otros).

El acné no es contagioso y parece haber una tendencia familiar en su desarrollo. La tendencia a presentarlo puede persistir hasta los treinta años y principios de los cuarenta. 

El diagnóstico se basa principalmente en la apariencia de la piel y generalmente no se requiere ningún examen especial. 

Tratamiento: El tratamiento está dirigido a prevenir la formación de nuevas lesiones y curar las lesiones anteriores. 

Para el Acné existen diversos tratamientos, que incluyen  antibióticos de uso tópico y sistémico,  lociones, hasta productos de potente acción sistémica como el derivado de la Vitamina A, la Isotretinoína, de gran utilidad bajo estricto control por el especialista, por los efectos secundarios y contraindicaciones existentes. 

Los medicamentos tópicos secan la grasa y promueven el desprendimiento de la piel. Pueden contener peróxido de benzoil, azufre, resorcinol, ácido salicílico o derivados de la vitamina A (retinoides). 

Se pueden prescribir antibióticos (tales como la tetraciclina o la eritromicina). Los antibióticos tópicos (aplicados en un una área localizada de la piel), tales como clindamicina o eritromicina también se usan para controlar la infección.

Nota: la tetraciclina oral no se prescribe usualmente a los niños hasta después de que tengan todos los dientes permanentes, porque puede decolorarlos para siempre en su proceso de formación. 

Se ha demostrado que los análogos de la vitamina A sintética (Isotretinoína, Accutane) son beneficiosos en el tratamiento del acné severo. Sin embargo, las mujeres embarazadas y las adolescentes de vida sexual activa no deben tomar este medicamento pues  se pueden presentar graves defectos de nacimiento.

Complicaciones
Quistes
Abscesos de piel
Cicatrices faciales permanentes
Queloides
Cambios en el color de la piel
Daño psicológico a la autoestima, confianza, personalidad y vida social
Efectos secundarios por Accutane (incluyendo daño al hígado y al feto)
Efectos secundarios por otros medicamentos
Tratamiento:

El tratamiento está dirigido a prevenir la formación de nuevas lesiones, e igualmente a curar las lesiones anteriores.

Los medicamentos tópicos secan la grasa y promueven el desprendimiento de la piel. Pueden contener peróxido de benzoil, azufre, resorcinol, ácido salicílico o derivados de la vitamina A (retinoides).

Se pueden prescribir antibióticos (tales como la tetraciclina o la eritromicina). Los antibióticos tópicos (aplicados en un una área localizada de la piel), tales como clindamicina o eritromicina también se usan para controlar la infección. Nota: la tetraciclina oral no se prescribe usualmente a los niños hasta después de que tengan todos los dientes permanentes, porque puede decolorarlos para siempre en su proceso de formación.

Se ha demostrado que los análogos de la vitamina A sintética (isotretinoína, Accutane) son beneficiosos en el tratamiento del acné severo. Sin embargo, las mujeres embarazadas y las adolescentes de vida sexual activa no deben tomar este medicamento: se pueden presentar graves defectos de nacimiento. 

Una intervención quirúrgica puede incluir raspado profesional (químico) de la piel, remoción de erupciones o cicatrices (abrasión dérmica), o remoción y/o drenaje de quistes.

La exposición al sol en períodos cortos puede aliviar el acné; sin embargo, no se recomienda la exposición excesiva a la luz solar o rayos ultravioleta porque ello incrementaría el riesgo del cáncer en la piel. 

El tratamiento en el hogar puede disminuir los efectos del acné:

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Se debe limpiar la piel suave minuciosamente con jabón y agua, removiendo toda la suciedad o maquillaje. La piel se debe lavar tan frecuentemente como sea necesario para controlar la grasa, al menos diariamente o después de hacer ejercicio.

 
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Se debe lavar el cabello con champú cuando sea posible y, de ser necesario, se recomienda usar un champú anticaspa.

Se debe peinar el cabello hacia atrás para mantenerlo fuera de la cara.

Se debe evitar presionar, rascar, escarbar o frotar las lesiones, ya que esto puede incrementar el daño a la piel. Asimismo, es aconsejable lavar las manos antes y después de tratar las lesiones de piel para reducir la posibilidad de infección.

 
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No se debe descansar la cara en las manos, ya que esto irrita la piel.
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Se recomienda identificar y evitar todo lo que empeore el acné. Aunque no se ha comprobado que alguna sustancia sea la causa del acné, los desencadenantes pueden ser entre otros: alimentos, lociones, maquillaje, etc. Se deben evitar los cosméticos o cremas grasosas que pueden empeorar el acné.

 
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Si usted se automedica, corre el riesgo de empeorar su problema.

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Dra. Claudia Morales

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Última modificación: Junio 5, 2012