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COLELITIASIS
Cálculos en la Vesícula Biliar

Dr. Germán Jiménez Sánchez, M.D.
Cirugía General

La Colelitiasis o cálculos en la vesícula biliar, es uno de los desórdenes que afecta con mayor frecuencia al tracto gastrointestinal (vea nuestros gastroenterólogos en https://www.susmedicos.com/gastroenterologos-bogota)  y se estima que en los Estados Unidos el 10% de la población padece de cálculos en la vesícula biliar.

La vesícula biliar es un órgano que tiene la forma de una pequeña pera y está ubicada debajo del hígado y adherida a él. La vesícula está conectada a través de un pequeño conducto (cístico) a la vía biliar principal que es otro pequeño conducto que transporta la bilis al intestino delgado (duodeno).

El hígado produce la bilis; un líquido compuesto por varias sustancias entre ellas agua, electrolitos, sales biliares, colesterol y lecitina. La bilis entre otras funciones tiene la de ayudar a la digestión de los alimentos grasos y normalmente una vez producida por el hígado viaja a través de los conductos hepáticos hacia la vesícula y la vía biliar. La vesícula tiene como funciones la de almacenar una pequeña cantidad de bilis, concentrarla y bombearla hacia el intestino.

Existen varias teorías con respecto a la formación de los cálculos dentro de las cuales se mencionan desequilibrios entre los componentes de la bilis y alteraciones de la motilidad de la vesícula. Un cálculo es una “piedrecilla” que puede ser diminuta o llegar a medir varios centímetros, pueden ser únicos o múltiples y están formados por millones de cristales de colesterol o una mezcla de colesterol y pigmentos biliares. Los cálculos de colesterol son los más frecuentes en los Estados Unidos y en gran parte del mundo occidental (70%), pero en Asia los cálculos más frecuentes son los de pigmentos biliares. La colelitiasis se observa con mayor frecuencia en las mujeres, sobre todo si además son obesas y han tenido varias gestaciones. También en personas con antecedentes familiares de colelitiasis, con cirrosis hepática, en diabéticos, en pacientes con enfermedades del íleon (parte del intestino delgado) o con cierto tipo de enfermedades hematológicas y en grupos étnicos especiales como en los indios americanos.

Cuando una persona ingiere un alimento grasoso la vesícula biliar se contrae para enviar una cantidad adicional de bilis hacia el intestino, pero si ésta contiene cálculos puede ocurrir que uno de ellos obstruya su conducto de drenaje y al no poderse desocupar su contracción causa un dolor intenso o cólico biliar.

La colelitiasis puede ser sintomática o asintomática. Las personas asintomáticas no tienen manifestaciones de la enfermedad y ésta, ha sido descubierta en estudios para la investigación de otras enfermedades. Un paciente con colelitiasis asíntomatica puede nunca tener manifestaciones de la enfermedad y se estima que la posibilidad de que ocurran síntomas es del 1% al 2% por año y generalmente consiste en cólicos biliares.

Los pacientes con colelitiasis sintomáticas se presentan más frecuentemente con el llamado cólico biliar. Este consiste en un dolor intenso, intermitente y espasmódico ubicado en la parte superior derecha del abdomen o en la parte superior y central del abdomen con irradiación hacia el dorso o hacia la escápula derecha y generalmente desencadenado luego de 15 a 60 minutos de haber consumido comidas copiosas, grasosas o fritas. Además se puede acompañar de nauseas, vómito, sensación de distensión del abdomen y flatulencia. El dolor en algunas oportunidades puede aliviarse de manera espontánea pero en otras obliga al paciente a consultar a un servicio de urgencias. De ésta manera la colelitiasis sintomática continuará con episodios recurrentes de dolor y la posibilidad de desarrollar complicaciones, lo que empeora dramáticamente la severidad y las consecuencias de la enfermedad.

Cuando se tiene la sospecha de la existencia de cálculos en la vesícula biliar el diagnóstico se confirma con una ecografía (Ultrasonografía). Este es el estudio de elección el cual es rápido, indoloro y con una sensibilidad del 95% y con éste estudio no solamente se confirma la existencia de cálculos, sino que también permite evaluar las características de la vesícula y de los conductos biliares.

Es evidente que los síntomas del cólico biliar deterioran completamente la calidad de vida de la persona hasta llegar a incapacitarla pero además, la persona está en riesgo de presentar complicaciones como la colecistitis aguda por cálculos que consiste en una inflamación de la vesícula; es la complicación más frecuente de la colelititasis; el hidrocolecisto en donde la vesícula se llena de un líquido transparente al estar su conducto de conexión con la vía biliar completamente obstruido por algún cálculo; el piocolecisto en donde surge infección del contenido vesicular con pus dentro de ella; coledocolitiasis o paso de los cálculos hacia la vía biliar obstruyéndola y produciendo una coloración amarilla en la piel y mucosas del paciente que la padece; la pancreatitis o inflamación del páncreas; perforación de la vesícula; colecistitis enfisematosa que consistente en una colecistitis especialmente agresiva y más frecuente en personas diabéticas.

Es así como se concluye que la COLELITIASIS SINTOMÁTICA  requiere que el paciente sea sometido a la Colecistectomía es decir, a una cirugía para la extirpación o extracción de la vesícula biliar junto con sus cálculos, de forma que la persona recupere la calidad de vida y no continúe en riesgo de sufrir una complicación que pueda en un momento dado comprometer más seriamente su salud o su vida. El tipo de cirugía utilizada en la actualidad es la   Colecistectomía Laparoscópica  , un procedimiento mínimamente invasivo que requiere menos tiempo de hospitalización, representa para el paciente mucho menos dolor que la cirugía abierta o convencional y además las cicatrices son mínimas.

Los personas que tienen colelitiasis sin síntomas, es decir asintomáticos, no requieren de tratamiento con cirugía pues se ha visto que éstas personas tienen una probabilidad muy baja de tener manifestaciones por dicha condición. Es importante que los pacientes asintomáticos conozcan bien los síntomas de la enfermedad para que en caso de su ocurrencia, consulten de inmediato con un médico. Se les recomienda una dieta baja en grasas. Algunos pacientes asintomáticos con condiciones de riesgo especiales deben evaluarse de forma individual porque pudieran ser candidatos para la cirugía.

Dr: Germán Jiménez Sánchez M.D.
Cirujano General

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